América Latina y el Caribe trabajando en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible

19 y 20 / SEP / 2022. Nueva York

CAF hace un llamado a la acción para garantizar la seguridad alimentaria

20 de septiembre de 2022

El problema de la seguridad alimentaria requiere combinar el crecimiento económico, el compromiso político y la acción pública para impulsar políticas que contribuyan a proteger a las poblaciones más vulnerables.

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Transformar los sistemas alimentarios y lograr la seguridad alimentaria de América Latina y El Caribe requerirá de la coherencia entre las políticas públicas, las inversiones en los sistemas agroalimentarios, los sistemas de protección ambiental, las prácticas de alimentación y nutrición y los mecanismos de protección social. Esta es una de las conclusiones del panel: “Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe”, que realizó CAF- banco de desarrollo de América Latina- como parte del evento denominado “Muchas Voces, una región: América Latina y el Caribe trabajando en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible”.

“El tema de la seguridad alimentaria requiere de urgencia y del trabajo mancomunado de los socios. En CAF luchamos contra el hambre a través de medidas concretas para garantizar la seguridad alimentaria, por ello con organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos y el ICCA, acordamos distintas líneas de acción para contribuir a los esfuerzos regionales y nacionales, que permitan reducir la cantidad de personas que padecen inseguridad alimentaria moderada o severa en América Latina y el Caribe, y que en el año 2020 afectó a casi el 41 % de la población. El problema de la seguridad alimentaria requiere el foco en sectores específicos, programas de alto impacto, recursos disponibles, instituciones fuertes y el compromiso del sector público y privado”, dijo Sergio Díaz–Granados, presidente ejecutivo de CAF.

QU Dongyu, director general de la FAO, se refirió a la crisis de los fertilizantes, sobre todo para una región que importa el 85% de los fertilizantes, lo que podría llevar a la falta de alimentos y por tanto a una crisis alimentaria, que afectará con más fuerza a familias de bajos ingreso. “Debemos ser más eficientes, inclusivos, resilientes y más sustentables para lograr una mejor producción y mejor ambiente, protegiendo a todos los seres de este planeta. Necesitamos brindar apoyo inmediato a los más vulnerables para lograr que los programas de atención social se ejecuten y que la producción agrícola sea garantizada en función de los alimentos que se necesitan”.

Por su parte, David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, se refirió a la problemática que suma la guerra entre Rusia y Ucrania para la seguridad alimentaria y la nutrición. “Hay que hacer sonar las campanas y despertar al mundo, para que los líderes mundiales entiendan que las consecuencias del conflicto bélico no serán para una región, sino a nivel mundial; y notar que, si bien los efectos directos de la inseguridad alimentaria ocurren sobre alimentación y la salud, no se debe perder de vista que la falta de alimentos puede tener efecto en estabilidad social de los países y, ser causa de violencia e inestabilidad política”.

Asimismo, Manuel Otero, director general del IICA, mencionó que América Latina y el Caribe es una de las regiones fundamentales para la seguridad alimentaria, al tener el 13% de la producción mundial de alimentos. “Estamos ante una crisis global que coloca a América Latina ante los ojos del mundo, al ser una región excedentaria de alimentos, pero que requiere trabajar en temas importantes como el comercio interregional que apenas es del 14%, invertir en ciencia y tecnología para más y mejores procesos de producción sostenible, y generar políticas públicas en favor de los agricultores familiares que en la región llegan a 16.5 millones”.

El evento contó con la ponencia magistral de Mohamed Irfaan Ali, presidente de la República Cooperativa de Guyana, quien hizo un llamado a la voluntad política para que la región pueda cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030, para lo cual será necesario invertir en las zonas rurales y urbanas y en protección social, a fin de que los pobres tengan acceso a los alimentos y puedan mejorar sus medios de vida.

Adicionalmente, se realizó un panel de discusión con la participación de María Inés Castillo, ministra de Desarrollo e Inclusión de Panamá; David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos; Manuel Otero, director general del IICA; y Marisol Argueta de Barillas, directora principal para América Latina y Miembro del Comité Ejecutivo del Foro Económico Mundial, como moderadora.

Los panelistas abordaron la relevancia de la seguridad alimentaria y nutrición en los países de la región y puntualizaron las acciones que se deben realizar para mejorar la seguridad alimentaria y promover la nutrición óptima. Entre estas últimas se resaltó la importancia de definir políticas de largo plazo a nivel regional que generen comercio exterior e innovación. Además, se resaltó el involucramiento del sector privado para las soluciones que permitan mantener una mejor producción y un mejor sistema alimentario.

En el cierre del evento, Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de CAF, resaltó la prioridad de CAF por brindar a los países miembros las herramientas técnicas y financieras para abordar problemas que tienen un efecto de largo plazo en el desarrollo como el de la seguridad alimentaria. “En total CAF financiado 1.100 millones de dólares para seguridad alimentaria a través de proyectos dirigidos a sectores como agua potable, educación, nutrición y mitigación, desarrollando una agenda de protección social que tiene a la seguridad alimentaria de los más vulnerables como tema central”.