
Antigua y Barbuda se convierte en nuevo país accionista de CAF
09 de mayo de 2025
Con la herramienta de los DEG, se añadió una nueva alternativa para apoyar operaciones financieras de los países accionistas con sus recursos y su calificación crediticia.
21 de abril de 2025
Hace 55 años, el Fondo Monetario Internacional (FMI) creó los Derechos Especiales de Giro (DEG), como un activo de reserva internacional complementario equivalente al importe fraccionario del oro, que a su vez era equivalente a un dólar estadounidense. Con esta alternativa, se buscó precisamente ayudar a los países miembros a fortalecer su posicionamiento en materia de reservas.
Cuando se puso fin al régimen de cambios fijos con la desaparición del patrón oro, en 1973, el valor de los DEG pasó a calcularse cada día en relación con una cesta de monedas internacionales de gran fortaleza. En la actualidad, esas divisas son cinco: el dólar estadounidense, el euro, el yen japonés, la libra esterlina y el renminbi chino (yuanes). Cada una de ellas tiene un porcentaje en la composición correspondiente al peso de sus economías y dicha participación se revisa cada cinco años.
A los DEG solo tienen acceso el FMI, sus países miembros y una lista corta de tenedores autorizados por el Fondo, entre los cuales se encuentran las principales instituciones multilaterales a nivel mundial. A principios de 2023, CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe– se convirtió en uno de esos 20 tenedores especiales, que no tienen asignaciones de DEG, pero sí pueden comprarlos y venderlos.
Esto marcó un hito para CAF, por cuanto añadió una nueva alternativa para apoyar operaciones financieras de sus países accionistas con sus recursos y su calificación crediticia. Se abrió, en la práctica, una nueva vía para la movilización de activos financieros en coyunturas críticas y, por otro lado, para profundizar las relaciones entre los socios de CAF y avanzar en el desarrollo sostenible.
Además de instrumento de intercambio voluntario entre países, los DEG pueden ser usados por estos en operaciones como préstamos, liquidación de obligaciones financieras, SWAPS (intercambios), prendas, transferencias como garantía para el cumplimiento de obligaciones financieras, contratos a plazo y donaciones. Todo, claro está, sujeto a las restricciones que impongan la condición de activos de reserva y las normas vigentes en cada país para el manejo de sus reservas, lo cual, en algunos casos, llega incluso a la prohibición constitucional de ciertas operaciones.
En los 55 años, solo ha habido cuatro asignaciones generales de DEG a los miembros del FMI. Las dos últimas fueron en 2009, cuando se asignaron 161.000 millones de DEG, equivalentes a 250.000 millones de dólares, con el fin de generar liquidez ante la crisis financiera mundial de la época; y en 2021, por 456.000 millones de DEG, equivalentes a 650.000 millones de dólares, para ayudar a los países a responder a la pandemia del covid-19.
Cada país miembro del FMI recibió una asignación acorde a su cuota, que a la vez se determina por un promedio del PIB nacional. Cuando hacen la repartición de DEG, la mayor parte va a parar a los países con economías más fuertes. Y los que están en desarrollo y son más pobres reciben un porcentaje pequeño.
Cuando se dio esta enorme autorización, CAF se planteó la pregunta de cómo canalizar hacia la región esa cantidad de DEG que quedó en manos de países desarrollados y con exceso de capacidad de préstamo. La primera tarea era convertirse en tenedor para poder ‘entrar en la conversación’ y ya lo logró.
En los dos años que lleva en esa condición, CAF ha venido buscando fórmulas para sacarle provecho a ello, en medio de las restricciones de manejo que las reservas internacionales tienen en cada país e incluso a nivel regional.
Por ahora, ha logrado sumar experiencia con operaciones específicas, entre las cuales destacan dos préstamos puente de liquidez de corto plazo para Argentina, con el objetivo de apoyar al país a cubrir el pago de servicio de deuda con el FMI. Las operaciones sirvieron de financiamiento puente para que Argentina continuara con la implementación del Acuerdo de Facilidades Extendidas pactado con el FMI en beneficio de sus políticas fiscales, monetarias y cambiarias, así como en favor de la diversificación y ejecución de la estrategia de deuda pública.
De lo hecho en estas operaciones surgió un producto de CAF llamado Financiamiento de Emergencia de Liquidez (FEL), que puede utilizar los DEG o cualquier moneda, con condiciones especiales como que la operación sea de corto plazo y con una fuente de repago muy confiable.
La exploración de alternativas de uso de activos de reserva como los DEG, en beneficio de la región, continúa. Puede ser a través de la incorporación de nuevos socios a CAF, de la creación de nuevos fondos internacionales, o con mecanismos como los créditos híbridos o las donaciones provenientes de países con exceso de DEG e interés particular en el desarrollo de áreas específicas de América Latina y el Caribe.
La posibilidad de que esas alternativas se concreten depende de muchas variables, pero sobre todo del nivel de responsabilidad que impone hablar de un activo tan importante como las reservas internacionales de los países.
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