ImpactoCAF: Tres años contando historias de desarrollo en ALC
19 de noviembre de 2025
Con USD 8.218 millones entre 2014 y 2025 destinados a proyectos de generación eléctrica baja en carbono, electrificación de áreas rurales y mejora en la infraestructura de transmisión y distribución de energía eléctrica, CAF promueve una transición energética justa en ALC.
12 de diciembre de 2025
En América Latina y el Caribe, la energía no solo se transforma, sino que además tiene el poder de cambiar vidas. El acceso a ella impulsa el desarrollo, conecta comunidades y crea oportunidades para millones de personas. Sin embargo, el planeta está cambiando, y con él, la forma en que producimos y consumimos energía. Desde 1850, la temperatura global ha aumentado al menos 1,1 °C, afectando ecosistemas, recursos naturales y la salud de las personas. Los eventos climáticos extremos se multiplican, generando desplazamientos poblacionales, daños a infraestructura y pérdidas económicas, sobre todo en regiones tropicales como Mesoamérica, el Caribe y el norte de Sudamérica.
Ante este escenario, el Acuerdo de París, adoptado en 2015 y firmado por 194 países, representa un compromiso histórico para contener el aumento de la temperatura terrestre muy por debajo de los 2°C respecto a niveles preindustriales. Lograrlo requiere una transformación profunda de los sistemas energéticos que alimentan nuestras economías y que, en gran medida, son responsables de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), la principal causa de calentamiento terrestre.
Según el nuevo informe, ImpactoCAF - Hacia una transición energética justa, una transición de este tipo busca reducir las emisiones de GEI sin frenar el crecimiento ni ampliar las brechas sociales. Este proceso implica transformar la manera en que producimos y utilizamos la energía, adaptando las acciones y el ritmo de cambio a las condiciones y capacidades de cada país.
Si bien la región ha logrado avances importantes en términos de sostenibilidad, seguridad y equidad en el acceso a la energía, y su matriz energética cuenta con una alta participación de fuentes renovables, persisten desafíos en materia de inversión, innovación y marcos regulatorios. Avanzar hacia una energía sostenible implica equilibrar los objetivos ambientales con las prioridades sociales y económicas, promoviendo la expansión de energías renovables tanto convencionales (ej. biomasa) como no convencionales (ej. solar y eólica), la electrificación de la actividad económica, la eficiencia energética y el acceso universal a un servicio asequible y de calidad.
En su agenda de “Transición energética justa” de la estrategia corporativa al 2026, CAF ha aprobado 63 operaciones de crédito en 20 países de la región por un total de USD 8.218 millones entre 2014 y mediados de 2025, dirigidas a proyectos de generación baja en carbono a partir de energías renovables no convencionales (ERNC), energía hidráulica y gas natural; electrificación de áreas rurales; y mejora de la infraestructura de transmisión y distribución de energía eléctrica.
Desde 2018, también ha financiado 49 operaciones de crédito para mejorar la movilidad urbana y reducir las emisiones de GEI asociadas al transporte de pasajeros; así como 32 cooperaciones técnicas por USD 38 millones centradas en proyectos energéticos de hidrógeno verde, generación distribuida, transporte y consumo de gas natural, y movilidad eléctrica, entre otros. Además, desde 2014, CAF ha administrado USD 181 millones del Fondo Verde para el Clima (GCF) para implementar proyectos que impulsen la transición energética en la región enfocados en generación de electricidad con fuentes renovables y movilidad eléctrica.
Electrificando el desarrollo
CAF ha aprobado un total de 27 operaciones que han permitido ampliar la capacidad de generación eléctrica de la región en al menos 1.663 megavatios hora (MV), lo que se estima tiene el potencial de abastecer a aproximadamente 2 millones de hogares de la región. Estas inversiones se traducen en una reducción anual estimada de 1,2 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (tCO2eq).
El apoyo de CAF a la generación adicional y la infraestructura de electrificación tiene el potencial de aumentar el acceso de los hogares a energía eléctrica, con efectos positivos en ingresos, calidad de vida y educación. Además, el incremento de la electrificación, junto el apoyo de CAF para facilitar el acceso al gas natural como combustible de transición, podría contribuir a reducir el uso de fuentes más contaminantes y mejorar la calidad del aire tanto dentro de los hogares electrificados como en las comunidades cercanas a las plantas de generación eléctrica a partir de fuentes fósiles, con efectos positivos en la salud, especialmente de los niños. Adicionalmente, la transición hacia ERNC generaría aumentos en el empleo en las fases de operación y mantenimiento de la nueva infraestructura.
La ruta al desarrollo: Transmisión y distribución de energía eléctrica para una mayor confiabilidad y calidad del servicio
CAF ha financiado 28 operaciones en 17 países de la región para fortalecer los sistemas de transmisión y distribución eléctrica (TD), con el fin de garantizar un suministro más confiable, eficiente y accesible.
Los sistemas de TD son el vínculo entre la generación y el consumo de energía: permiten transportar la electricidad desde las plantas hasta los hogares e industrias, asegurando continuidad y calidad en el servicio. Una red más moderna y eficiente ayuda a reducir pérdidas técnicas y no técnicas, facilita la incorporación de energías renovables y reduce las necesidades de generación, contribuyendo así a disminuir las emisiones de GEI. También, tiene impactos en la productividad y el bienestar. En los hogares, al permitir un mayor consumo eléctrico, potencialmente aumenta los ingresos y reduce la pobreza, así como el número de muertes prematuras. En las empresas, permitiría disminuir los costos de producción generando aumentos en la producción total, la productividad, el empleo y las ventas.
Energía que mueve el futuro: Impulso a la movilidad eléctrica y sostenible
CAF impulsa la movilidad sostenible en América Latina y el Caribe a través de proyectos de infraestructura y transporte público limpio que promueven ciudades más conectadas y menos contaminantes. Entre 2018 y 2024, ha financiado 49 operaciones de movilidad urbana, en nueve países de la región, que incluyen la construcción de aceras, cicloinfraestructura y sistemas de transporte masivo de pasajeros.
Asimismo, CAF administra recursos del Fondo Verde para el Clima (GCF) destinados a la implementación de proyectos de movilidad eléctrica que contemplan la adquisición, operación y mantenimiento de flotas de autobuses eléctricos, así como el impulso al uso de vehículos eléctricos.
Las inversiones de CAF en movilidad urbana y eléctrica podrían reducir las emisiones GEI generadas por el transporte terrestre y mejorar la calidad del aire, disminuyendo contaminantes como el material particulado y los óxidos de nitrógeno (NOx), responsables de afecciones respiratorias.
La energía transforma realidades: impulsa el crecimiento, conecta comunidades y abre caminos hacia un futuro más justo y sostenible. Avanzar hacia una matriz más limpia e inclusiva – atendiendo a las necesidades y capacidades de cada país – no solo significa reducir emisiones, sino también fortalecer las bases de un desarrollo que genera bienestar, equidad y resiliencia. CAF continuará acompañando a los países de la región en esta transformación, promoviendo inversiones que fortalezcan la resiliencia, aceleren la transición energética justa y enciendan nuevas oportunidades para un progreso compartido.
Para conocer más sobre la acción de CAF y su impacto en el sector energético de la región, así como en otras áreas de desarrollo sostenible, visita: ImpactoCAF.
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