CAF y el Grupo de Coordinación Árabe promoverán inversiones sostenibles en América Latina y el Caribe

CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- y el Grupo de Coordinación Árabe crearán un grupo de trabajo entre países e instituciones de América Latina y el Caribe y diez fondos árabes para diseñar instrumentos financieros e identificar proyectos de financiamiento en 2025 y 2026.  

30 de junio de 2025

Países de América Latina y el Caribe, el Grupo Árabe de Coordinación (ACG) y el Fondo de la OPEP para el Desarrollo Internacional crearon un comité de inversiones para impulsar proyectos en áreas críticas de América Latina y el caribe, como infraestructura, transición energética, seguridad alimentaria y digitalización.

El comité, que será presidido por CAF, analizará instrumentos como los bonos verdes y los fondos mixtos público-privados; facilitará el intercambio de tecnología y conocimiento; y priorizará proyectos resilientes al clima y con impacto social. Este grupo es resultado de una mesa de trabajo organizada por CAF en el marco del FfD4 de Sevilla.

Durante la mesa de trabajo, Santiago Peña, presidente de Paraguay, dijo que su país y toda la región tienen el compromiso en avanzar en la cooperación estratégica entre los dos bloques en medio de una coyuntura geopolítica inestable. 

Abdulhamid Alkhalifa, presidente del Fondo de la OPEP para el Desarrollo Internacional, aseguró que “CAF tiene un rol estratégico como puente entre América Latina y el Caribe y los fondos árabes, como un aliado clave del OPEC Fund y del ACG”.

Alkhalifa también dijo que trabajando juntos, ambos bloques pueden asegurar una cooperación Sur-Sur que impulse la resiliencia económica y financiera, y que, con este espíritu de conexión y colaboración, estamos moldeando el futuro. América Latina y el Caribe tiene promesas inmensas”. 

Por su parte, Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, dijo que "al fomentar el intercambio de tecnología y talento, ambas regiones pueden acelerar su transición hacia economías más diversificadas y resistentes". 

Además, el presidente de CAF dijo que la naturaleza simbiótica de esta relación subraya su importancia y valor estratégico para ambas regiones, y que para maximizar el potencial, debemos superar desafíos clave como la ineficiencia logística y la falta de infraestructura adecuada. “Las inversiones en puertos, centros de almacenamiento y sistemas de transporte por parte de los Fondos Soberanos de los países del Golfo son esenciales para garantizar cadenas de suministro ágiles y resilientes”, concluyó.

El Grupo Árabe de Coordinación (ACG) está formado por diez instituciones de desarrollo: el Fondo de Abu Dhabi para el Desarrollo, el Banco Árabe para el Desarrollo Económico en África, el Fondo Árabe para el Desarrollo Económico y Social, el Programa Árabe para el Desarrollo del Golfo, el Fondo Monetario Árabe, el Banco Islámico de Desarrollo, el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Económico Árabe, el Fondo de la OPEP para el Desarrollo Internacional, el Fondo de Qatar para el Desarrollo y el Fondo Saudita para el Desarrollo. 



Potencial de la colaboración entre ambas regiones

Un informe reciente de CAF destaca que Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait pueden generar beneficios significativos para ambas regiones, basados en tres pilares. El primero son las relaciones económicas en sectores tradicionales como la agricultura y la energía. América Latina, como principal exportador de alimentos, ofrece soluciones clave para la seguridad alimentaria: en 2022, las importaciones árabes de productos agropecuarios latinoamericanos alcanzaron los 9.500 millones de dólares, lideradas por Argentina y Brasil, que concentran el 80% de este comercio con exportaciones de carne, soja y cereales.

Los países del Golfo también son clave para la agricultura latinoamericana, exportando 1.100 millones de dólares en fertilizantes, esenciales para la productividad. Además, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF) planea invertir 15.000 millones de dólares en el sector de energías limpias de Brasil, mientras que una filial del PIF formó una joint venture con la procesadora brasileña BRF para producir aves en Arabia Saudita, reflejando una cooperación económica diversificada.





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