IA, herramienta para la transformación

Las tecnologías que simulan la inteligencia humana están permitiendo hacer más con menos recursos. Su llegada trae riesgos claros para la región, pero también grandes oportunidades.

21 de abril de 2025

La inteligencia artificial (IA) es una realidad que está cambiando al mundo y remodelando la manera de vivir de los seres humanos.

Los sistemas y tecnologías diseñados para imitar o simular la inteligencia del hombre representan un avance tecnológico que está optimizando la producción de alimentos, mejorando los diagnósticos de salud, incluyendo más personas en el sistema financiero, revolucionando la forma de educar y acelerando la producción de infraestructura, entre otros efectos positivos. En general, la IA está impulsando la innovación en todo y permitiendo hacer más con menos recursos.

Sin embargo, la IA también representa riesgos cuya gravedad dependerá de cómo se adopte, implemente y regule, especialmente para los países en desarrollo, entre los cuales están casi todos los de América Latina y el Caribe (LAC).

El riesgo más relevante es la profundización de las brechas, en la medida en que en LAC hay todavía un 30% de la población sin acceso a Internet.
Hay segmentos de la sociedad que están aprovechando, por ejemplo, el uso de la IA para aplicaciones productivas o de uso diario y hay otra parte de la población que ni siquiera puede acceder a una página web, a sistemas de información en línea o a contenidos educativos.

Según Mauricio Agudelo, director de Transformación Digital de CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe–, el aumento de las brechas digitales tendría un impacto importante, sobre todo en los mercados laborales. “En la medida en que haya una demanda mayor de capacidades de desarrollo de código y, en general, de habilidades de la cuarta revolución industrial, y muchas personas no estén adquiriendo esas habilidades, habrá pérdidas importantes de empleos”.

Otro riesgo en LAC es la brecha del desarrollo digital. Hay países como Brasil, Uruguay, Chile o Colombia que están diseñando políticas modernas de inteligencia artificial, sobre todo en el ámbito de la IA generativa (para crear contenido), y otros que aún tienen desafíos enormes en infraestructura.

Un tercer punto es el de los modelos de lenguaje profundos (LLM, en inglés), que habilitan la inteligencia artificial. Muchos se alimentan en inglés y no se está incorporando contenido o algoritmos con lenguaje en español y esto reduce las posibilidades de desarrollo de la industria digital latinoamericana.

Además, la IA requiere de computadores de alto desempeño que puedan procesar grandes volúmenes de datos, y ahí hay otro desafío en materia de infraestructura para la región. Esto, adicionalmente, tiene un aspecto energético ambiental. Una cifra de Boston Consulting Group indica que el consumo de megavatio hora de las cuatro grandes empresas tecnológicas de IA es similar al de una hora en Colombia.
Por lo tanto, existe el reto de hacer ese consumo de energía para IA más eficiente y llegar a la carbononeutralidad.

Como se ve, la IA puede ser una herramienta transformadora para los países en desarrollo, pero si se aborda estratégicamente. Con preparación adecuada y una visión ética, podría reducir desigualdades y acelerar el progreso. Sin embargo, si se ignoran los riesgos, podría profundizar brechas sociales y económicas. “El éxito radica en equilibrar estos factores”, explicó Agudelo.

Asunto de CAF y Unesco

La retadora situación animó a CAF a concretar una alianza con la Unesco, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en 2022, para impulsar el desarrollo ético e inclusivo de la IA en la región. El trabajo conjunto ha logrado avances significativos en siete países, incluyendo la asistencia técnica en la elaboración de políticas de IA, la implementación de modelos de experimentación normativa y el desarrollo de talentos en el campo.

En el marco de la Segunda Cumbre Ministerial y de Altas Autoridades sobre la Ética de la Inteligencia Artificial en América Latina y el Caribe, realizada el año pasado en Montevideo (Uruguay), la Unesco y CAF renovaron el compromiso con una declaración conjunta que reafirma el objetivo común de fortalecer la gobernanza de la IA en la región.

Lo anterior incluye el apoyo al desarrollo y despliegue de la Metodología de Evaluación del Grado de Preparación (RAM) para la IA de la Unesco, la implementación de la hoja de ruta aprobada en la misma cumbre de Montevideo, la asistencia en el diseño de instituciones líderes y agencias gubernamentales de IA, y la organización de la tercera cumbre regional sobre IA y Ética este año.

Ambas organizaciones buscan posicionar a LAC como un actor global en el ámbito de la IA ética y asegurarse de que el desarrollo tecnológico en la región sea inclusivo y respetuoso de los derechos humanos.

El papel de los gobiernos y las empresas privadas

Mauricio Agudelo, director de Transformación Digital de CAF

¿Qué deberían hacer los gobiernos de LAC para adoptar IA y fortalecer la economía digital?
Primero, definir una estructura de gobernanza y luego tener una política pública o una agenda digital alrededor del tema. Adicionalmente, hay que trabajar en cuatro grandes asuntos: infraestructura de cómputo, pero también de banda ancha; capacidad de innovación, investigación y desarrollo, tanto a nivel de las universidades como de la industria digital asociada; preparación del talento digital que va a entrar a todo el ecosistema de IA y adopción de la IA por parte de las empresas en los modelos de negocio.

¿Y cuál es el papel de la empresa privada en este desarrollo digital en la región?
Hay dos grandes frentes: uno, la adopción de la IA, ya no como un asunto de los jefes de tecnología, sino de las juntas directivas y la alta dirección de las empresas. Y, dos, invertir en desarrollar ecosistemas asociados a IA o startups de IA.

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