
CAF-AM destaca oportunidades en infraestructura en Perú
27 de junio de 2025
La profundización de las alianzas estratégicas y de cooperación con la UE muestran perspectivas alentadoras en varias áreas. Aquí presentamos un análisis en tres áreas: transformación digital, el reto climático y política social.
26 de junio de 2025
La Unión Europea (UE) está enfocada en encontrar nuevas maneras de relacionamiento y cooperación con otras regiones del mundo. La de América Latina y el Caribe (ALC) es una de las que generan más interés en el Viejo Continente y puede beneficiarse de iniciativas como la Global Gateway, impulsada por la dirigencia de la UE para generar no solo vínculos inteligentes, limpios y seguros en los sectores digital, energético y del transporte, sino desarrollo social potenciando sistemas de salud, educación e investigación en todo el mundo. La UE ya ofrece oportunidades para los productos latinoamericanos, especialmente en el marco de acuerdos comerciales vigentes. Ese relacionamiento comercial, que está en recuperación, se puede profundizar a través de alianzas estratégicas y de cooperación técnicas y financieras con la UE en distintas áreas para superar los desafíos del desarrollo sostenible. Aquí presentamos los planteamientos concretos en tres de esas áreas.
Caminos para la transformación digital
CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe– elaboró con expertos un análisis sobre las posibilidades que tiene la región en el área del desarrollo digital que está en el documento Caminos innovadores de inversión, cooperación y alianza digital con Europa. El listado de acciones que se podrían desarrollar comienza por la conectividad para cerras la brecha urbano-rural y hace referencia a la democratización de las redes 4G, 5G, fibra óptica y redes satelitales, coordinada con más ciberseguridad. También plantea la digitalización de procesos productivos, en particular de pequeñas y medianas empresas, y en sectores tradicionales, como la agroindustria, para llevarlos a niveles globales competitivos. Igualmente, hace referencia a la necesidad de avanzar hacia Estados más ágiles y conectados e invertir en la formación de la fuerza laboral en habilidades digitales. Finalmente, propone establecer una regulación digital inteligente sobre privacidad de datos, competencia de mercados, inteligencia artificial ética y responsable, y tributación de servicios digitales, ámbitos en los que Europa se está convirtiendo en rector y en promotor de una reglamentación global equilibrada. Según el Fondo Monetario Internacional, entre 2021 y 2027 la UE movilizará hasta 300.000 millones de euros en las áreas digital, clima, energía, transporte, sanidad, educación e investigación. Para ALC, la UE destinaría más de 45.000 millones de euros para conectividad 5G, ciberseguridad e inteligencia artificial.
Alianza para enfrentar el reto verde
Europa y ALC dieron un paso clave hacia una cooperación más verde en la cumbre que se desarrolló en Bruselas, de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en 2023. Allí se definieron proyectos en el marco de Global Gateway, con miras a mitigar el impacto climático que, tal como lo indican las proyecciones, afectaría con mayor drasticidad a los países de ALC por factores geográficos. Para ese momento, se habló de hidrógeno verde en Chile, Brasil y Argentina; movilidad eléctrica en ciudades colombianas y electrificación rural en Centroamérica. Dado el complejo escenario mundial actual, Europa está buscando diversificar sus socios energéticos y de materias primas críticas, para que no queden concentrados en China y Rusia. Según el documento Acción climática conjunta entre Europa y América Latina y el Caribe: una agenda común para el desarrollo, ALC se consolida como una posibilidad estratégica y confiable, no solo en materia de alianzas comerciales, sino también en la construcción y el desarrollo de una agenda conjunta que pueda hacerles frente a los desafíos climáticos. Las iniciativas más significativas incluyen la reducción de la deforestación, que implica la consolidación de cadenas productivas sostenibles; el cambio hacia energías renovables, que sean a su vez de eficiencia energética; la electrificación del transporte; y la producción de hidrógeno verde, aspecto en el que América Latina cuenta con ventaja, dado que tiene un mayor porcentaje de fuentes renovables en sus matrices energéticas. Según datos del Global Entrepreneurship Monitor, América Latina podría aumentar su capacidad de energía solar y eólica comercial en más de un 460% para 2030 si los 319 gigavatios (GW) de posibles nuevos proyectos en la región se concretan. Brasil, Chile, Colombia, Perú y México tienen las mejores perspectivas de crecimiento en este aspecto.
Claves para la cooperación en lo social
ALC enfrenta un desafío estructural de alta desigualdad, baja movilidad social y productividad estancada. Su coeficiente de Gini, que mide la desigualdad del ingreso, supera en casi 50% al de Europa y Asia Central. Esta desigualdad no es solamente de ingresos, sino que se extiende a la salud, la educación, el acceso a empleos de calidad y la acumulación de riqueza. Además, estas desigualdades se reproducen entre generaciones. La movilidad social relativa de ALC es una de las más bajas del mundo. Contrario a lo que podría esperarse, el gasto público social (GPS) en ALC ha crecido sustancialmente en las últimas décadas y alcanzado niveles cercanos al promedio del club de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como porcentaje del PIB. Sin embargo, su impacto redistributivo es limitado. Mientras en la OCDE ese gasto reduce el Gini de 0,48 a 0,29, en ALC apenas lo disminuye de 0,51 a 0,48. Según el documento Retos de la política social en América Latina y el Caribe: análisis y políticas, la explicación está en una arquitectura institucional que penaliza el empleo formal y subsidia el informal. Los beneficios están muchas veces atados a la formalidad, lo cual excluye a los trabajadores más vulnerables. Además, el diseño del GPS y del sistema tributario no logra focalizar ni redistribuir con efectividad.
El informe de CAF plantea como solución a esta situación una reforma sistémica basada en dos pilares: el primero, reestructurar el capital humano, comenzando por una educación inclusiva y de calidad desde la infancia, con foco en habilidades digitales, STEM y formación técnica. El segundo, transformar los sistemas de protección social hacia esquemas universales, desvinculados del estatus laboral y financiados con rentas generales y con énfasis en salud, vejez e invalidez para toda la población. Además, se subraya la necesidad de políticas focalizadas para grupos vulnerables. La alternativa de avanzar en una agenda de cooperación estratégica con la UE abre espacios para trabajo conjunto en cinco ejes. Uno es la reducción de desigualdades estructurales, tema en el cual la UE puede compartir su experiencia en redistribución efectiva, políticas fiscales progresivas y cohesión territorial, como ocurre con los fondos estructurales europeos. El segundo eje es la transformación de la protección social: las reformas propuestas por CAF se alinean con el pilar europeo de derechos sociales. La UE puede apoyar procesos de transición hacia sistemas universales con asistencia técnica, marcos regulatorios y cooperación presupuestaria. El tercer aspecto es la formación de capital humano para la era digital, en lo cual la experiencia europea en educación profesional y técnica y en reentrenamiento puede ser clave. Un cuarto frente sería el de la cohesión social y la sostenibilidad. La noción europea de cohesión social como inclusión multidimensional coincide con las demandas de ALC. Esto incluye políticas urbanas integradas, acceso a vivienda y servicios, y participación ciudadana. Y el último aspecto es el de convergencia institucional y normativa, en el cual la UE puede contribuir al fortalecimiento de las instituciones de ALC en áreas como género, empleo decente y no discriminación, promoviendo marcos normativos inspirados en su propia legislación.
27 de junio de 2025
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