COP30, rechanneling y el rol de los bonos verdes, las garantías y los bancos multilaterales

Fecha artículo: 02 de diciembre de 2025

Marcelo Dos Santos

Ejecutivo senior

La COP 30, celebrada en Belén este noviembre, representa mucho más que una conferencia climática: es una oportunidad histórica para redefinir la arquitectura global del financiamiento verde. Por primera vez, una COP se realiza en el corazón de la Amazonía, una región que simboliza a la vez el mayor activo ambiental del planeta y la mayor brecha de financiamiento para protegerlo.

En este contexto, el “Baku–Belém Roadmap to 1.3T” ofrece una hoja de ruta clara: si queremos movilizar 1,3 billones de dólares anuales hacia países en desarrollo, debemos transformar la forma en que fluye el capital. Este es el desafío del Rechanneling. Rechanneling no es simplemente redirigir fondos; es cambiar la lógica de asignación de riesgos y recompensas en el sistema financiero internacional.

Durante décadas, los países en desarrollo han soportado los costos de capital más elevados del mundo, producto de percepciones de riesgo que a menudo no reflejan la realidad económica ni climática. Esta distorsión limita las inversiones verdes, encarece los proyectos transformadores y ralentiza la transición energética global. El Roadmap es explícito: sin mercados financieros locales más profundos, instrumentos de financiación confiables y una capacidad institucional fortalecida, la transición será económicamente inviable.

En este debate, los bonos verdes se han consolidado como una herramienta fundamental. No solo conectan a los inversores con proyectos ambientales, sino que también aumentan la transparencia y mejoran la gobernanza corporativa. Sin embargo, la literatura reciente muestra un panorama mixto. Si bien existen evidencias de reducción del costo de capital y de mejoras ambientales corporativas, también persisten desafíos de credibilidad, adicionalidad y heterogeneidad regulatoria.

La expansión del mercado no basta: necesitamos calidad, estándares claros y métricas verificables de impacto. Es aquí donde entra el tema más subestimado —y probablemente el más transformador— del Roadmap: las garantías. En los países emergentes, muchos proyectos verdes no fracasan por falta de viabilidad técnica, sino por la brecha entre el riesgo real y el percibido.

Las garantías permiten cerrar esa brecha. Reducen los spreads, amplían los plazos, facilitan las emisiones en moneda local y generan confianza en sectores donde el capital privado normalmente no entra. El desafío es que las garantías siguen siendo utilizadas de manera limitada y fragmentada. Su potencial sistémico está lejos de ser aprovechado. El Roadmap envía un mensaje claro: los bancos multilaterales deben liderar una agenda de garantías escalables, con estructuras replicables, criterios armonizados y la capacidad para absorber más riesgo.

En otras palabras: llegó el momento de pasar del piloto a la estrategia. Los bancos multilaterales de desarrollo (BMDs) tienen un papel decisivo. Durante años, estos bancos se centraron en préstamos directos. Pero hoy el mundo necesita algo diferente: instituciones capaces de movilizar capital privado a gran escala. Eso implica asumir riesgos que el mercado no asume, utilizar garantías como palancas para transformar los mercados locales y apoyar a gobiernos y empresas en la estructuración de emisiones verdes. Sin la participación de los BMD, el Rechanneling no será posible.

La COP 30 puede y debe marcar un giro. No basta con anunciar compromisos climáticos; es necesario presentar mecanismos financieros verificables, escalables y medibles. Belén ofrece la oportunidad de avanzar hacia taxonomías convergentes, estándares mínimos de certificación, programas de garantías coordinados entre BMDs, estrategias monetarias y fiscales que integren instrumentos verdes y, sobre todo, el fortalecimiento de los mercados locales para ampliar las emisiones en moneda doméstica.

En este punto, la experiencia de la CAF – banco de desarrollo de América Latina y el Caribe – adquiere relevancia particular. La institución ya utiliza garantías parciales de crédito y de riesgo para apoyar proyectos en los que la brecha entre el riesgo real y el percibido limita la participación del sector privado, directa o indirectamente. Además, la CAF está trabajando activamente para expandir y sofisticar su programa de garantías, alineando su actuación con las recomendaciones del Baku–Belém Roadmap to 1.3T y con los desafíos estructurales del financiamiento climático en la región.

La combinación de bonos verdes, garantías y el rol catalítico de los bancos multilaterales abre una ventana inédita para transformar la economía verde. Pero en esta arquitectura, CAF está llamada a desempeñar un papel particularmente estratégico para América Latina y el Caribe. La institución ha acumulado experiencia en garantías parciales de crédito y de riesgo y está avanzando hacia un programa integral y escalable de garantías, diseñado para atraer recursos privados para el clima en sectores donde la brecha entre riesgo real y percibido bloquea la acción.

CAF se está preparando para ampliar su capacidad de asumir riesgo, estandarizar instrumentos, movilizar capital institucional —incluidos fondos de pensiones y aseguradoras— y apoyar a los países en la emisión de bonos verdes en moneda local. El objetivo es claro: convertir las garantías en una herramienta sistemática de transformación, no en intervenciones aisladas. Si esta agenda se consolida, CAF puede ser uno de los actores decisivos para que el Rechanneling pase del discurso a la realidad, habilitando un flujo sostenido, confiable y de gran escala de financiamiento climático hacia la región.

Marcelo Dos Santos

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Marcelo Dos Santos

Ejecutivo senior

Ejecutivo Senior de CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe. Cuenta con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de proyectos en los sectores Financiero e Infraestructura, antes de incorporarse a CAF, trabajó en el segmento corporativo en Bradesco, Citibank y HSBC.  Dos Santos tiene una Maestría en Gobernanza y Desarrollo de la Escuela Nacional de Administración Pública de Brasil, un MBA en Negocios Internacionales de la Fundación Getúlio Vargas, una especialización en Finanzas de IBMEC y una licenciatura en Administración de la Universidad Católica de Brasilia.

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