Luisa Rivas
Ejecutiva Principal de la Dirección de Análisis Técnico y Sectorial de CAF
En la jerga del fútbol, un tridente ofensivo es un trío de jugadores capaces de cambiar el curso de un partido cuando actúan en perfecta sintonía, como los famosos MSN (Messi – Suarez – Neymar) del FC Barcelona o BBC (Bale – Benzema – Cristiano) del Real Madrid.
En los salares del altiplano andino sucede algo parecido, Argentina, Bolivia y Chile forman una combinación cuya acción conjunta puede definir el futuro de la transición energética. Este “Tridente ABC” se posiciona como el protagonista del “Triángulo del Litio”, zona donde se encuentran aproximadamente la mitad de los recursos mundiales de litio. [1]
Litio: el balón que define la transición energética
El litio se caracteriza por ser el más liviano de los metales y altamente maleable. No se encuentra como metal puro, sino combinado con otros minerales tanto en roca dura (Australia), como en salmueras (Triangulo del Litio) [2]
Es pieza clave de la transición energética para la producción de baterías, aunque estas no usan litio metálico puro, sino compuestos refinados como carbonato e hidróxido de litio (Li₂CO₃ y LiOH respectivamente). Por eso, el cuello de botella de la industria no es tanto el litio en bruto, sino la capacidad de producir materiales compuestos.
En otras palabras, en el partido por la descarbonización, el litio y su refinación son los balones que todos quieren controlar.
Un tridente con roles bien definidos
Cada jugador del “Triangulo del Litio” tiene un rol distinto:
- Argentina: goleador silencioso con el 4to lugar en reservas mundiales y 21% de los recursos globales, concentrados en el Salar del Hombre Muerto y Olaroz. Presenta cash costs de USD 5.000–5.800/LCE (Lithium Carbonate Equivalent), competitivos pero mejorables. Para crecer debe mejorar infraestructura, avanzar en refinación e industrialización y reducir la fragmentación normativa del régimen federal.
- Bolivia: la fuerza emergente con el enorme Salar de Uyuni, aunque con menor relevancia en reservas económicamente explotables. Enfrenta desafíos técnicos y políticos, especialmente por la alta relación Mg/Li que exige extracción directa y por retos en el uso del agua en ecosistemas frágiles.
- Chile: veterano experimentado con importantes reservas explotables y 2do productor mundial en 2024 gracias al competitivo Salar de Atacama. Tiene cash costs superiores a USD 15.000/LCE por regalías y exigencias contractuales que bajan su competitividad. Debe avanzar en su Estrategia Nacional del Litio, diversificar operadores, expandir refinación y materiales avanzados, y fortalecer gestión hídrica y trazabilidad en salares sensibles.
Estos tres países tienen ventajas individuales y desafíos que superar, pero juntos representan un bloque que podría dominar el partido energético global.
Un partido internacional
En la otra mitad de la cancha aparecen potencias como Australia, China, Estados Unidos y la Unión Europea, todos disputando el control de un recurso que define quién liderará la electrificación en las próximas décadas.
En términos de producción, Australia, Chile, China y Zimbabue lideran el mercado. Además, no es una concentración solo de países, sino también de un grupo de proyectos. Los tres principales proyectos del mundo (Greenbushes y Pilgangora en Australia, y Salar de Atacama en Chile) corresponden al 45% de la producción mundial. Mientras que, si se consideran los diez principales proyectos, sería el 73,0% de la producción mundial.
Asegurar el suministro está promoviendo alianzas estratégicas entre empresas tecnológicas y de exploración, países y asociaciones, de manera de asegurar un suministro confiable y diversificado. Y esto sigue creciendo, según estimaciones de S&P, la demanda de litio para 2035 podría triplicar el nivel de demanda de 2024.
Jugar bien no es suficiente, se requieren alianzas, innovación y una estrategia regional sólida para asegurar que ALC no se convierta en una zona de exportación neta sin valor agregado.
La jugada maestra
En este contexto surge una jugada táctica, la “OPEP del Litio”. Un bloque coordinado de integración regional que evitaría que el tridente compita entre sí y, en cambio, potencie su poder de negociación frente a los gigantes tecnológicos.
Es una propuesta de cooperación entre los principales países productores de litio en América Latina para coordinar políticas de explotación, industrialización y exportación de este recurso estratégico. Su objetivo es evitar la competencia desordenada, fortalecer la posición negociadora frente a grandes consumidores y promover cadenas de valor locales, como la producción de baterías [3].
No es aún un equipo formal, pero la conversación crece, y con ella la posibilidad de que Sudamérica deje de ser solo proveedor y pase a marcar el ritmo de la cadena global de valor.
Una coordinación efectiva podría convertir al tridente en un bloque con capacidad de marcar el ritmo del mercado global, no solo de participar en él.
Desafíos en la cancha: sostenibilidad, tecnología y política
Pero este partido no está ganado, la cancha es irregular y el reloj corre. Entre los principales desafíos están:
- Sostenibilidad ambiental: Debemos tener en nuestras prioridades conservar nuestros ecosistemas, y encontrar el balance entre la producción y la conservación. Los mercados internacionales ya exigen trazabilidad, certificaciones verdes y procesos con baja huella hídrica y de carbono.
- Desarrollo tecnológico: La región necesita capacidades propias en refinación, conversión química, producción de materiales avanzados y desarrollo de componentes de baterías. Sin ello, corremos el riesgo de seguir siendo un proveedor primario sin capturar mayor valor agregado.
- Tensiones geopolíticas: La carrera por asegurar minerales críticos intensifica la competencia global.
¿Podrá el tridente ABC marcar el gol decisivo?
Así como en el fútbol, ningún equipo llega a competir al máximo nivel sin una estructura que lo sostenga.
CAF está para apoyar a esta selección, desde cumplir un rol como “mediocampo institucional”, articulando al sector público, al privado y a las comunidades locales, hasta cumplir el rol similar al cuerpo técnico, analizar la estrategia, anticipar riesgos y preparar la jugada decisiva. CAF puede aportar financiación para mejorar los procesos en la industria, asegurar la sostenibilidad en toda la cadena de valor, apoyar a infraestructura crítica, apoyar la investigación aplicada, facilitar la adopción de tecnologías limpias y asegurar que la industria agregue valor a todo el entramado productivo local.
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[1] Fuente: https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/triangulo-litio-salar-futuro-energetico-planeta/
[2] https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_litio_junio_2025.pdf
[3] https://www.ocmal.org/sudamerica-estudia-crear-una-opep-del-litio/