
Ángel Cárdenas
Gerente de la Gerencia de Infraestructura para el Desarrollo de CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-

A primera vista, la pregunta parece legítima. Las obras viales generan emisiones, modifican paisajes y consumen recursos. Pero si miramos más de cerca, quizás estamos formulando mal el problema. ¿Nos preguntamos, acaso, si la educación, la sanidad o la justicia son sostenibles? No. Lo que nos cuestionamos es cómo hacerlas sostenibles, porque partimos del principio de que son necesarias. Con las carreteras sucede lo mismo.
Las carreteras son esenciales. Constituyen una infraestructura habilitante: hacen posible que una mujer embarazada llegue a un hospital, que un niño acceda a la escuela, que un productor rural transporte su cosecha o que un emprendimiento logre expandirse. Especialmente en contextos de desigualdad territorial, las carreteras no son un lujo: son un derecho fundamental y funcional al desarrollo.
Y, sin embargo, América Latina y el Caribe arrastra la segunda mayor brecha estructural en infraestructura de transporte después de la del África subsahariana. Faltan carreteras, faltan estándares de calidad y falta mantenimiento. Las zonas rurales siguen estando desconectadas, y muchas ciudades padecen infraestructuras viales insuficientes, inseguras o incapaces de responder a la demanda. Resolver este déficit es urgente, pero hacerlo bien lo es aún más, aplicando criterios de eficacia, eficiencia y sostenibilidad.
Desde sus inicios, CAF ha financiado infraestructura vial porque era necesario hacerlo. Pero, con el paso del tiempo y frente a los desafíos globales, esa necesidad se ha transformado en una visión más sofisticada. Hoy, diseñamos y apoyamos carreteras que integran criterios de sostenibilidad, seguridad, inclusión y resiliencia. Porque no se trata solo de llegar, sino de cómo se llega.
Además de ser esenciales para la cohesión social, las carreteras son un motor comprobado de desarrollo. Por su efecto multiplicador, por su capacidad de generar empleos en el corto plazo y por su potencial para impulsar transformaciones productivas en el mediano y largo plazo, la inversión en infraestructura vial está plenamente alineada con el mandato de CAF de ser el banco del crecimiento sostenible e inclusivo de América Latina y el Caribe. Invertir en caminos no solo mejora la conectividad; dinamiza territorios, estimula cadenas de valor y abre nuevas oportunidades para millones de personas.
Nuestro compromiso con la Agenda 2030, y nuestro objetivo de consolidarnos como el banco verde de la región, nos ha llevado a repensar la forma en que concebimos, financiamos y acompañamos los proyectos viales. Por eso impulsamos iniciativas alineadas con el triple enfoque clásico de la sostenibilidad – ambiental, social y económica. Entre ellas destacan la incorporación de criterios de adaptación al cambio climático, la realización sistemática de auditorías de seguridad vial, la aplicación de principios de economía circular, y el empleo de enfoques territoriales, de género y étnicos en la planificación, como en el caso de la iniciativa Caminos para quedarse.
Este esfuerzo ha sido reconocido recientemente por la Asociación Española de la Carretera, que ha concedido a CAF la Medalla de Oro al Mérito Internacional 2025 como reconocimiento al denodado esfuerzo realizado para el fortalecimiento de la infraestructura vial como motor de crecimiento económico y cohesión social en América Latina, habiéndose considerado particularmente relevante nuestro firme compromiso con la mejora de la seguridad vial y su apuesta decidida por la sostenibilidad y la resiliencia. Es un reconocimiento que honra nuestro compromiso con una red vial que no solo transporta personas y mercancías, sino también esperanzas, oportunidades y derechos
Construir carreteras sostenibles es una forma concreta de construir ciudadanía, de promover el desarrollo con equidad y de reactivar nuestras economías. En CAF, ese sigue siendo nuestro rumbo: abrir caminos, para que más personas puedan quedarse, desarrollarse y prosperar en su propia tierra.