
Sergio Díaz-Granados
Presidente Ejecutivo, CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-
Colombia

*Texto publicado originalmente en el Diario de Sevilla el domingo 19 de junio de 2025
Hace más de cinco siglos, del puerto de Sevilla zarparon expediciones que transformarían el mundo. En aquellas aguas tranquilas del Guadalquivir se gestaron grandes ideas y proyectos que se materializarían, por ejemplo, en el primer viaje de circunnavegación, liderado por Magallanes y completado por Elcano, que marcó un hito en la exploración marítima y la unión de culturas.
Hoy, en un contexto de crisis climáticas, económicas, bélicas y geopolíticas, Sevilla vuelve a estar en el centro de un momento decisivo para la cooperación internacional, con la celebración de la IV Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo. En este espacio, y con el espíritu emprendedor de aquellos expedicionistas, América Latina y el Caribe debe navegar entre marejadas para lograr nuevos acuerdos de financiación al desarrollo y, también, para demostrar que sus soluciones en temas como el cambio climático, la transición energética o la seguridad alimentaria pueden convertirse en referentes globales.
La región acude con este mensaje a la Conferencia de Sevilla, que reúne hasta el 3 de julio a líderes globales para debatir cómo transformar la arquitectura financiera internacional.
Para América Latina y el Caribe se trata de una oportunidad para consolidar el liderazgo que ha demostrado en otros encuentros, como la COP16 de Biodiversidad de Cali en 2024, donde la región puso en valor sus ecosistemas como motores de crecimiento inclusivo; o en la reciente Cumbre de los Océanos (UNOC3) de Niza, donde desde CAF anunciamos una inversión histórica de 2.500 millones de dólares.
Estos ejemplos muestran una región que no solo participa, sino que también moldea la agenda global con propuestas concretas. Esto es importante para identificar nuevas fórmulas para financiar el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe en un mundo cada vez más polarizado, donde el multilateralismo está perdiendo fuelle como consecuencia de reajustes cada vez más turbulentos en la geopolítica global.
Los bancos de desarrollo regionales, como CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe– tenemos un papel destacado en la Conferencia de Sevilla. Hoy, por ejemplo, celebramos nuestra reunión de directorio –el máximo órgano de decisión de la institución–, donde presentaremos operaciones de crédito para proyectos que impulsarán el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe.
En el marco de la Conferencia, también coordinamos la reunión UE-CELAC, que da seguimiento a la celebrada en Santiago de Compostela en 2023 y que precede a la que organizaremos en Santa Marta (Colombia) en noviembre, un encuentro importante para acelerar la agenda de inversiones previstas en el Global Gateway y para recabar más inversiones e impulsar nuevas alianzas globales basadas en valores compartidos de democracia, paz, equidad y sostenibilidad.
De igual manera, estamos coordinando una productiva reunión entre ministros de Finanzas y Hacienda de América Latina y el Caribe con el Grupo de Coordinación Árabe, conformado por 10 instituciones de desarrollo de dicha región, con la finalidad de identificar sinergias concretas y forjar soluciones financieras colaborativas que promuevan los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para CAF, la Conferencia de Sevilla representa una plataforma estratégica para llevar la voz de América Latina y el Caribe en la esfera global, promover soluciones de financiamiento adaptadas a las realidades de la región y consolidarnos como una institución clave en la movilización de recursos.
Si en el siglo XVI Sevilla fue el punto de encuentro entre dos mundos, hoy debe serlo para una cooperación renovada. En América Latina y el Caribe, los desafíos actuales exigen la valentía y astucia de los grandes expedicionistas navales, para convertirse en una región que sea un faro de soluciones a los grandes retos del desarrollo global.