América Latina y el Caribe posee una gran diversidad de ecosistemas terrestres que van desde las zonas más desérticas, donde prácticamente no hay precipitaciones, hasta las zonas más húmedas del planeta como los bosques húmedos, y de ecosistemas marino-costeros, como manglares, marismas y arrecifes de coral.
La gran riqueza de la naturaleza de América Latina y el Caribe se encuentra en riesgo debido a la actividad humana. La conversión de las tierras principalmente para la actividad agropecuaria, la sobreexplotación de los recursos naturales, la introducción de especies invasoras y la contaminación resultan en la fragmentación y degradación de los ecosistemas.
Las áreas naturales protegidas son una de las principales políticas implementadas a nivel global para la preservación in situ de los ecosistemas. En América Latina y el Caribe, su uso ha crecido en los últimos 20 años y, en vista de los compromisos internacionales, es de esperar que su cobertura siga creciendo.
Estudios recientes desarrollados en ALC encuentran que las áreas protegidas disminuyen entre 50 y 72% la tasa de deforestación respecto a las zonas sin protección. Por su parte, la evidencia muestra que la cantidad, el tamaño promedio de los organismos y la riqueza de las especies de peces aumentan tanto dentro como fuera de los límites de las áreas marinas protegidas respecto a las zonas no protegidas.
Sin embargo, la creación de nuevas áreas protegidas y la consolidación de las existentes no está exenta de retos. CAF, atento a estas problemáticas y en su compromiso por convertirse en el banco verde de América Latina y el Caribe, financia y moviliza recursos para la promoción y fortalecimiento de las áreas naturales protegidas de la región.
APORTES EN NÚMEROS
En los últimos años, CAF ha movilizado USD 68,9 millones con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y brindado asistencia técnica por USD 1,5 millones para fortalecer la gestión de las áreas naturales protegidas.
Adicionalmente, entre 2014 y 2018, CAF financió la creación de 15 áreas nuevas de conservación en Perú.
