Revista Visiones del Desarrollo · Edición 02

Revista Visiones del Desarrollo · Edición 02

La revista Visiones del desarrollo es un proyecto desarrollado por CAF ―banco de desarrollo de América Latina y el Caribe― y la Casa Editorial EL TIEMPO en asocio con la Agencia de Contenido Especial (ACE), que analiza los retos del desarrollo global desde una óptica latinoamericana y caribeña.

UN NUEVO ESPACIO PARA REFLEXIONAR Y DIALOGAR

"Visiones del Desarrollo es una respuesta a la necesidad de reposicionar a América Latina y el Caribe en el mundo. Invitamos a académicos, líderes sociales, empresarios y a toda la comunidad internacional a sumarse a esta iniciativa, contribuyendo con sus perspectivas y conocimientos para construir juntos un futuro más próspero para América Latina y el Caribe”

 

Sergio Díaz-Granados
Presidente Ejecutivo de CAF

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ENTREVISTA

 

 

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"Estamos viviendo la demolición de un sistema de comercio basado en normas"

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CIFRAS

USD 3,5 billones

en financiamiento se necesitarían entre 2025 y 2029

para cumplir metas de salud, educación, vías y agua

USD 400.000 millones

es el financiamiento que requiere América Latina y el Caribe

para la biodiversidad y ecosistemas

18.400

son los gobiernos locales

en 33 países de la región

80%

de los habitantes de América Latina y el Caribe

reside en cabeceras municipales

PUNTO DE VISTA

La apuesta de CAF por una región más justa y sostenible

Por: Gianpiero Leoncini, Vicepresidente Ejecutivo de CAF

En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, desigualdades y múltiples crisis, América Latina y el Caribe (ALC) se encuentra en una encrucijada: cómo avanzar hacia un desarrollo que combine crecimiento económico con protección ambiental e inclusión social. Con el respaldo de sus 55 años de trayectoria, CAF ha asumido el reto de catalizar este cambio, alineando su estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y las prioridades de sus 23 países miembros.

La pandemia dejó en evidencia vulnerabilidades estructurales de la región. A esto se suman los efectos del cambio climático, que amenazan sobre todo a los pequeños estados insulares del Caribe y a comunidades costeras. Frente a este escenario, la capitalización de 7.000 millones de dólares aprobada en 2022 por el Directorio de CAF fue un hito y un mandato para convertirnos en el banco de desarrollo que lidere la transición hacia economías verdes e inclusivas, y también dinamice al sector privado. Este compromiso deja ver resultados tangibles. Solo en 2024, más de 4 millones de personas obtuvieron mejor acceso a servicios básicos, 5.000 pymes recibieron apoyo para generar empleo y 11.000 microempresarios accedieron a microcréditos. Hoy, el 41% de nuestro financiamiento ya corresponde a proyectos verdes y hemos movilizado 3.600 millones de dólares desde fuentes internacionales, lo que demuestra nuestra capacidad para articular soluciones globales a problemas regionales.

A través de la Estrategia Corporativa 2022-2026 de CAF, nuestra acción se estructura en tres dimensiones. Primero, concentramos los esfuerzos en seis áreas de impacto: transición energética justa, adaptación al cambio climático, desarrollo territorial resiliente, bienestar social inclusivo, conectividad física y digital, y aumento de la productividad mediante alianzas con el sector privado. Segundo, integramos principios fundamentales en las operaciones: sostenibilidad ambiental, decisiones basadas en evidencia, fortalecimiento institucional de nuestros socios, enfoque de género e inclusión, y atracción de recursos internacionales. Y tercero, fortalecemos nuestras capacidades institucionales, enfocándonos en sostenibilidad financiera, desarrollo del talento, transformación digital, expansión geográfica, transparencia y creación de instrumentos financieros innovadores.

Nuestras intervenciones siguen principios que multiplican su impacto. El 50% de los proyectos soberanos incluyen componentes de género, como créditos adaptados a emprendedoras en Ecuador. Incorporamos saberes ancestrales, y facilitamos cooperación Sur-Sur para replicar experiencias exitosas, como el modelo uruguayo de energía eólica. Nuestra solidez permite innovaciones como bonos sostenibles vinculados a metas de reforestación en la Amazonía, siempre con sistemas anticorrupción de estándares internacionales. Las alianzas con universidades están desarrollando talento local en tecnologías críticas.

Los desafíos siguen siendo enormes. La región necesita 150.000 millones de dólares anuales para cumplir sus compromisos climáticos. Un tercio de los países aún tiene limitaciones para ejecutar proyectos complejos. La integración entre naciones sigue siendo insuficiente. Por eso CAF está redoblando esfuerzos para aumentar el financiamiento climático hacia 2030, fortalecer gobiernos locales con transferencia tecnológica y profundizar alianzas con organismos multilaterales y el sector privado.

Finalmente, el impacto de CAF se cimienta en sus agendas internas, que refuerzan su capacidad para transformar visión en acción. En 2024, consolidó la mejor calificación de riesgo de su historia, lo que ha ido acompañado del fortalecimiento del talento humano y de una estrategia de transformación digital. En un mundo que exige soluciones innovadoras, sostenibles y justas, CAF se reafirma como el socio estratégico que la región necesita para avanzar.

PUNTO DE VISTA

Acceso a la información y desarrollo sostenible en ALC

Por: Alejandra Claros, Secretaria General de CAF

Los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) desempeñan un papel cada vez más relevante en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en el financiamiento climático. Somos actores estratégicos para movilizar recursos y generar impacto en las economías emergentes. Sin embargo, la diversidad institucional y la falta de información comparable limitan la comprensión de nuestra contribución real, así como la participación activa de la ciudadanía.

La transparencia no es un valor abstracto: es una condición indispensable para tomar mejores decisiones, asignar recursos con criterio y evitar duplicidades. Permite evaluar lo que funciona, mejorar lo que no y amplificar el impacto donde más se necesita. Además, fortalece la rendición de cuentas y genera confianza institucional. Cuando la información no está disponible o resulta inaccesible, se debilita la capacidad de gobernar con eficacia y se limita la participación y colaboración ciudadana. En nuestra región, donde la desigualdad persiste como un desafío estructural, la transparencia es también una herramienta para redistribuir poder e incluir en la toma de decisiones a quienes históricamente han sido excluidos.

En proyectos de infraestructura –como carreteras o represas en zonas rurales–, la apertura de información es fundamental. Publicar de manera clara los impactos sociales y ambientales, junto con habilitar espacios de consulta pública, fomenta un diálogo genuino entre comunidades, autoridades y empresas. Esta participación temprana permite resolver tensiones, construir consensos y garantizar que el desarrollo no deje a nadie atrás.

La publicación de datos sobre inversiones sociales y sus resultados permite a las comunidades rurales identificar brechas, exigir mejoras y participar con mayores herramientas en las decisiones que las afectan. Cuando los datos son claros, lo que estaba oculto se hace visible. Y lo que se ve, se puede transformar. Así, la transparencia contribuye a cerrar brechas históricas y avanzar hacia una integración territorial más equitativa.

Avanzar en transparencia implica más que incrementar la cantidad de información publicada: exige que esta sea útil, oportuna y comprensible. Es necesario fortalecer los estándares de publicación, promover la rendición de cuentas y garantizar que las personas y comunidades accedan a datos relevantes para su realidad. Solo así será posible democratizar la toma de decisiones y fortalecer el vínculo entre instituciones y ciudadanía. La transparencia y el acceso a la información no son meros requisitos técnicos. Son la base de una gobernanza moderna, abierta y orientada al bien común. En América Latina y el Caribe, necesitamos que la información fluya, sea confiable y esté disponible en el momento oportuno y en formatos accesibles.

Como dijo Gabriel García Márquez: “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”. Y en el desarrollo, “decirlo mejor” significa hacerlo con evidencia, apertura y escucha. Desde CAF, asumimos este compromiso: que el acceso a la información no sea un privilegio, sino un puente. Un puente que conecte instituciones con ciudadanía, financiamiento con resultados, y datos con decisiones que transformen vidas.

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