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La crisis del COVID-19 será aguda e impactará a casi todos los sectores económicos y sociales de América Latina, pero también puede generar nuevas oportunidades de cooperación global e integración regional.
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El presidente ejecutivo de CAF -banco de desarrollo de América Latina-, Luis Carranza, y Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, analizaron los retos de América Latina tras la COVID 19 en un conversatorio organizado por Casa de América, titulado ¿Cómo afrontar la crisis de la COVID-19 en América Latina?
Moderado por el editor de The Economist, Michael Reid, los dos líderes abordaron temas clave para el desarrollo de la región, como son el previsible aumento de las tasas de pobreza, el apoyo público a los sectores económicos y sociales más vulnerables, y las medidas para mitigar la caída del PIB, que según varios estudios se situará en torno al 5% aproximadamente en 2020, como consecuencia de la pandemia.
“No habrá recuperación económica si antes no hay recuperación del crédito”, dijo Carranza quien, a preguntas de quienes seguían el acto a través de las redes, destacó la labor de CAF en este aspecto con la línea de crédito que ha puesto a disposición de sus países accionistas por 2.500 millones de dólares.
El presidente ejecutivo de CAF también destacó que la fase la actual tiene tres aspectos clave: la normalización y el control de la pandemia, el mantenimiento de la cadena de pagos, para lo que es necesario dotar de liquidez a las empresas, y la solidez de los bancos. En cuanto a la fase de recuperación, Carranza aseguró que habrá empresas y familias endeudadas, cuyos patrones de consumo van a tardar en recuperarse, por lo que abogó por una respuesta fiscal que apoye la demanda, la intervención en los sectores más afectados, y la necesidad de abordar la brecha de productividad en América Latina.
En este sentido, Carranza comentó la necesidad de un proceso de coordinación global que permita impulsar el desarrollo de infraestructura en los países de la región y contribuir a salir de la recesión. “Necesitamos la garantía fiscal de responsabilidad, y por eso las reglas fiscales deben no solamente apuntar a la estabilidad macroeconómica sino también apoyar el gasto en inversión pública; pero por otro lado necesitamos fondos de apoyo al desarrollo que le permita a la región reducir su déficit de infraestructura con deuda de muy largo plazo a tasas concesionales”, señaló.
Ante la posibilidad de que el mundo pospandemia sea un mundo menos globalizado, Carranza consideró que “tenemos que volver a plantearnos la integración en la región. No tenemos una sola cadena de valor regional, no tenemos integración suficiente y esta crisis debe ayudarnos a asumir el reto de la integración de una vez por todas”.
Por su parte, Alicia Bárcena, aseguró que “los bancos de desarrollo no sólo son una importante fuente de recursos para el desarrollo productivo de la región y la profundización de la integración comercial y financiera. Son también una fuente de financiamiento estable y contracíclico”.
Adicionalmente, la secretaria ejecutiva de la CEPAL insistió en la importancia del cambio que viene: “Va a cambiar todo —dijo Bárcena—; el consumo en los hogares no será igual. Esta crisis nos ha enseñado que podemos vivir con menos. En cuestión de sostenibilidad, nos ha enseñado muchas cosas importantes. Tenemos que repensar nuestra relación con la naturaleza y reconstruir una realidad diferente porque, si no, el próximo colapso es el cambio climático”.
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