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En América Latina y el Caribe, millones de mipymes enfrentan barreras para acceder al crédito. Los bancos públicos y multilaterales de desarrollo, al carecer de infraestructura suficiente y afrontar restricciones de capital, encuentran en la banca comercial privada un socio clave para superar estos desafíos. Esta alianza permite canalizar recursos, compartir riesgos y adaptar productos financieros a contextos locales. Casos como el de Brasil muestran resultados concretos. Sin embargo, persisten retos como la alineación de incentivos y el monitoreo del impacto. La transformación digital promete llevar esta cooperación a nuevas fronteras de inclusión y sostenibilidad.