CAF y AYSA analizaron los impactos de El Niño y los riesgos para la seguridad hídrica

30 de agosto de 2023

Durante la jornada, se trataron los diversos aspectos de la seguridad hídrica con relación al fenómeno de El Niño, destacándose por parte de los distintos expositores, la importancia de trabajar en la reducción de riesgos, la elaboración de planes de contingencia, implementar acciones preventivas, desarrollar los sistemas de alerta temprana, promover la innovación y gobernanza del agua.

CAF - banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, AySA y el Instituto Nacional del Agua desarrollaron un evento para analizar los impactos ocasionados por el fenómeno de El Niño en la región latinoamericana y caribeña, que se ven reflejados principalmente en la ocurrencia de los eventos de sequías e inundaciones que ponen en riesgo la seguridad hídrica.


En el evento, se profundizaron las consecuencias de El Niño, que genera sequías cada vez más prolongadas, que afectan la disponibilidad de agua para consumo humano, irrigación y energía hidroeléctrica; e inundaciones más fuertes y frecuentes, que ponen en riesgo la infraestructura hídrica y sanitaria. Durante el período 2000-2019 se vieron afectadas 1.650 millones de personas en todo el mundo por las inundaciones, mientras que por las sequías sufrieron sus consecuencias 1.430 millones de personas, siendo los eventos que han generado la mayor cantidad de personas afectadas por desastres naturales, ocupando el primer y segundo lugar, respectivamente.


La región de América Latina y el Caribe es una de las más afectadas por ambos fenómenos. Las pérdidas económicas directas en la región por efectos de la sequía se estiman que ascienden a 28 mil millones de dólares en los últimos 20 años (2003-2022), lo cual representa un 15 por ciento de las pérdidas por sequías de todo el mundo, aún pese a que la población del continente representa sólo el 8 por ciento mundial. A ello, deben sumarse las pérdidas económicas por inundaciones que impactan en casi 35 mil millones de dólares en el mismo periodo.



Gestionar eventos críticos como sequías prolongadas e inundaciones conduce a alcanzar ciudades resilientes, es decir, capaces de continuar funcionando frente a eventos extremos, de modo que quienes viven y trabajan en la ciudad puedan mantenerse y desarrollarse
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"Gestionar eventos críticos como sequías prolongadas e inundaciones conduce a alcanzar ciudades resilientes, es decir, capaces de continuar funcionando frente a eventos extremos, de modo que quienes viven y trabajan en la ciudad puedan mantenerse y desarrollarse”, señaló Ángel Cárdenas, gerente de Desarrollo Urbano, Agua y Economías Creativas de CAF. “Para ello, debemos considerar factores como el contexto hidrológico de las ciudades y las cuencas hidrográficas relacionadas, así como las interrelaciones entre el agua y otros sistemas urbanos esenciales”, agregó.


“"El Niño" es un fenómeno que se da cada 2 a 7 años y se va modificando en función del cambio climático y es cada vez más intenso, por lo tanto, la mejor manera de prevenir y minimizar los impactos es ser más resilientes. En el caso de los operadores de agua, debemos ocuparnos en llegar a una cobertura total de los servicios y tener planes de contingencia para reaccionar más rápidamente ante cualquier evento de este tipo. En América Latina, un 25% de la población no tiene agua potable segura y un 64% carece de tratamiento en los desagües cloacales. En los últimos años, AySA pudo contar con acuerdos con organismos internacionales, como la CAF, BID, FONPLATA y Banco Mundial, con quienes estamos haciendo obras muy importantes para brindar un mejor servicio a la población, como por ejemplo el Sistema Agua Sur”, señaló Fernando Calatroni, director General Técnico de AySA.


"Para el servicio de agua potable, estos eventos extremos, como las sequías o inundaciones, tienen dos factores de afectación: uno es hidráulico, que tiene que ver con el caudal de los ríos y la cantidad de agua disponible; y el otro es la calidad, es decir, cómo puede impactar este fenómeno en la calidad del agua que llega a nuestras tomas y que debemos tratar adecuadamente para que esté en condiciones de ser distribuida a la población. Nosotros venimos trabajando con herramientas que nos permiten anticiparnos a lo que va a venir y actuar de manera preventiva. Contamos con estaciones de monitoreo de calidad, mediciones de caudal y estaciones meteorológicas para, frente a cada evento que se puede presentar, en particular aquellos de tipo extremo debido al cambio climático, poder adaptar nuestros procesos de tratamiento y garantizar la adecuada prestación de los servicios", remarcó Alejandro Barrio, director de Tecnología y Desarrollo Tecnológico de AySA.


El evento contó con la participación de Ángel Cárdenas, gerente de Desarrollo Urbano, Aguas y Economías Creativas de CAF; Nahuel Arenas, jefe regional de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) y Franz Rojas, director de Análisis y Evaluación Técnica de Agua y Saneamiento del banco. Participaron del panel central Mara Ramos, superintendenta del Departamento de Aguas y Energía Eléctrica del estado de Sao Paulo, Brasil; Miguel Yamasaki Koizumi, jefe del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres de Perú; Nicole Fraga, coordinadora del SINAGIR en Argentina; Martha Castillo, directora encargada de Asesoramiento Técnico en Biodiversidad y Clima de CAF y Alejandro Barrio, director de la Dirección Técnica y de Desarrollo Tecnológico de AySA.